Piensa en la última conversación que mantuviste con estrés. Te dejo unos segundos. ¿La tienes ya?. Visualízala y trata de recordarla. Céntrate en cómo interaccionabas con la persona que hablabas. Ahora piensa en tu voz. ¿Cómo era tu tono?. Pausado, calmado, uniforme. O por el contrario, alterado, alto, agresivo.  

Esto, aunque no lo parezca, influye mucho, mucho, mucho en el control de una situación estresante y sobre todo en el control del propio estrés, el tuyo. Justo esto es lo que lanzamos en el mensaje de la instantánea de hoy:

Mantener una conversación con un tono de voz calmado ayuda a controlar el estrés.

Puede que estés pensando: ¡obvio!. Si, pero: ¿eres capaz de llevarlo a la práctica?. Pues eso. Sabemos que escuchar voces relajadas ayuda a tener una sensación de calma. Por el contrario las voces que escuchamos que no transmiten esa calma generan un efecto estresante. La solución parece bastante sencilla y compleja a la vez. Si en algún momento estás manteniendo una conversación y sientes estrés trata de controlarlo “jugando” con tu tono de voz. Además, aquí entran en juego las archiconocidas neuronas espejo que influyen muy significativamente en como podemos modificar acciones, sentimientos o comportamientos… pero de esto ya hablaremos otro día ; ]

Enlaces de interés:

– Artículo de referencia: https://lnkd.in/eR4JF3FA

*Los #miercolesdebienestar es un movimiento impulsado por Daniel Puchades Más con la idea de mejorar el dolor de espalda y el estrés en el mismo puesto de trabajo. SI quieres recibir cada semana los consejos, dime dónde te los envío: