No sé si te has fijado en la foto que viene más abajo en esta entrada. ¿La has visto?

– ¡Si!. Madre mía. Que rapidez. Me fascinas ; )
– ¡No!. Tómate un segundo y échale un ojo.

(…)

¿Ya?. ¡Bien!

¿Qué has observado?. 

Aquí rellena este espacio pensando hacia ti mismo con lo qué has percibido con la imagen. Te recuerdo que quiero que la veas desde el prismas de bienestar en las empresas. ¿Eso de qué va?. Mi respuesta en estos casos: de lo que tú quieras, de eso que te haga sentir bien en base a salud y productividad.

Aquí mi visión

Te digo que es lo que he visto yo. Gente normal, trabajando normal, en un ambiente normal, haciendo tareas normales, dentro de un contexto… ¡bingo. Normal. Gente de este mundo. Al menos del mundo que yo conozco: algo de estrés, algo de tensión mental, algo de dolor muscular, malas posturas, muchas tareas, 

¿Por qué te cuento esto?.

El motivo principal es una mini reivindicación. A mi entender, desde las empresas se deben buscar herramientas que potencien que las personas se encuentren bien. Tan simple como eso: “hacer que se sientan bien”. No tienen la obligación de hacerles sentir felices. De verdad. Son ya muchas horas inmerso con equipos de trabajo donde ha salido el tema en cuestión y (resumiendo las conversaciones) no quieren encontrar la felicidad en el trabajo, quieren trabajar y sentirse bien. 

– De ahí mi máxima de buscar rendimiento y sentirse bien partiendo de la “excusa” del minimizar el dolor de espalda y reducir el estrés en la medida de lo posible.