¿Te suena familiar la expresión «salud mental» y la asocias inmediatamente con problemas?
– Según la Encuesta Nacional de Salud de España de 2017, el 6,7% de la población de España está afectada por la ansiedad, exactamente la misma cifra de personas con depresión. En ambas es más del doble en mujeres (9,2%) que en hombres (4%).
La problemática de la salud mental desencadena depresión, ansiedad y estrés crónico, impactando negativamente nuestra capacidad de concentración, sueño y afrontamiento de las tareas diarias, tanto a nivel personal como profesional. Ya sabemos que separar ambos mundos es bastante complejo.
El problema está identificado, pero ¿cuáles son las posibles soluciones?. En la mayoría de los casos, se recurre a tratamientos farmacológicos y psicoterapia como punto de partida. ¿Son efectivos?. Sin duda. ¿Son los mejores?. Aquí es donde surgen mis dudas. Me explico.
El ejercicio físico posee un gran poder curativo, ya sea a través de pilates, yoga, ejercicios de estiramientos, trabajo de fuerza, salir a correr o simplemente dar un paseo. Cualquier forma de ejercicio es beneficiosa y lo es en dos direcciones: para el cuerpo y la mente. En este sentido, el ejercicio se convierte en un aliado invaluable para mejorar la salud mental. Interesante, ¿verdad? ¡Sí, claro!.
Pero espera, lo mejor está por venir.
En primer lugar, el ejercicio es una herramienta útil cuya eficacia radica en su inmediatez y facilidad de implementación. Quizás esto sea lo que más me atrae. ¿Por qué?. Porque no es necesario invertir tres horas a la semana para disfrutar de sus beneficios; se sabe que una mínima dosis diaria desencadena efectos positivos en la salud mental. Ahí llevas una clave importante. De nada ; )
En segundo lugar por los impactos que genera. Moverse no es un simple capricho, sino una forma efectiva de autocuidado. El ejercicio tiene un impacto a nivel metabólico que desencadena todo ese bien. Te cuento lo más importante con siete titulares de alto impacto:
Titular uno. El ejercicio desencadena la liberación de endorfinas, las ‘hormonas de la felicidad’, elevando nuestro estado de ánimo y generando una sensación positiva después de cada sesión.
Titular dos. La práctica regular de ejercicio activa los endocanabinoides, contribuyendo a la regulación del estrés y la ansiedad, brindando un alivio natural para la salud mental.
Titular tres. El ejercicio fortalece las mitocondrias, las centrales energéticas de nuestras células, mejorando la resistencia y proporcionando una fuente sostenible de vitalidad, tanto física como mental.
Titular cuatro. La actividad física favorece la producción de neurotransmisores, mejorando la comunicación entre las células nerviosas y promoviendo la claridad mental y la agilidad cognitiva.
Titular cinco. El ejercicio estimula la liberación de serotonina y noradrenalina, neurotransmisores clave que regulan el estado de ánimo, reduciendo la ansiedad y la depresión de manera natural.
Titular sexto. Al practicar ejercicio, se equilibra el cortisol, se reduce la inflamación crónica, se fortalece el nervio vago, y se modulan las citoquinas y la grasa, creando un entorno interno propicio para la salud mental.»
Titular séptimo. La activación de Emetol, una proteína relacionada con el ejercicio, demuestra que tanto el ejercicio voluntario como el obligatorio aportan beneficios significativos para la salud mental, fortaleciendo la conexión mente-cuerpo.»
Razones de peso para que te “animes” a moverte, ¿no?.
¿Qué mensaje te quiero lanzar?. La autoeficacia del ejercicio para mejorar el estado de ánimo es clave, y dedicar tan solo 15 minutos, tres veces a la semana durante un ciclo de doce semanas, puede desencadenar una transformación significativa independientemente de la edad. Y todo esto sin efectos secundarios negativos. La actividad física y el ejercicio solo generan beneficios para el cuerpo y la mente.
Ahora el siguiente paso. ¿Cómo se pone en marcha a nivel personal y profesional?.
Eso te lo cuento aquí: Bienestar personal y profesional
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Cada semana, los miércoles, lanzamos mensajes cortos, concretos y sencillos de comprender relacionados con el dolor de espalda o el estrés para, por un lado, dar a conocer la problemática y, por otro, las posibles soluciones que podemos aplicar desde el conocimiento científico modificando levemente la rutina diaria.
Los snacks de movimiento funcionan al romper períodos de inactividad prolongada. Incluso pequeñas ráfagas de actividad física pueden tener beneficios para la salud de la espalda al aumentar el gasto calórico, mejorar la circulación, mantener la flexibilidad y contrarrestar los efectos negativos del tiempo prolongado en una posición sedentaria.
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