¿Has estado alguna vez apuntado a un gimnasio?. Si o no.
Imagino que si has dicho sí, habrás disfrutado de ese momento donde un monitor te da un plan de trabajo estándar con una serie de ejercicios que has cumplido a rajatabla y… los resultados no han sido satisfactorios. Bueno, al principio si. Notas un cambio increíble aunque con el paso de las semanas (podría jugármela y decirte que en la tercera) notas como algo cambia. Mejor dicho, notas como algo no cambia. Haces ejercicio y las sensaciones no son las mismas, son diferentes. Ese plan fantástico ya no es tan fantástico. ¿Te ha pasado?
Si nunca has estado seguro que alguna vez se lo has escuchado a alguien.
– Todo esto tiene mucho lógica si entiendes como funciona el cuerpo y como este se adapta a los estímulos del ejercicio. Si no haces nada, por poco que hagas, habrá cambios. Si siempre haces lo mismo, no habrá cambios.
¿Por qué te cuento esto?.
Cada vez es más común ver métodos y planes infalibles, fórmulas mágicas y un sin fin de programas que no tienen ni pies ni cabeza. Llevo años trabajando con empresas implantando ideas para “solucionar” el dolor de espalda y en cada empresa el plan ha sido distinto. No existe un plan genérico que se pueda adaptar a distintas empresas. Cada empresa, un mundo. Cada personas de distintas empresas, otro mundo. Sacarle rendimiento a los planes de entrenamiento conlleva una adaptación, si lo que se busca es aportar soluciones lógicas. Si es sólo por facturar, agarra de la palanca y tira. Aunque esa es otra cuestión. No es mi caso.
A lo que voy.
El dolor de espalda es algo tan común que es difícil encontrar a alguien a nuestro alrededor al que no le duela. ¿Conoces a alguien?. Y como medida de primera solución lógica, desde mi punto de vista, es enseñar a manejarlo. ¿Cómo se hace?. Tratando de explicar las causas más frecuentes que pueden originar el dolor de espalda. Sabemos que la biomecánica es un factor: como mantenemos posturas sentados o de pié, como manipulamos cargas. Pero también sabemos que la condición física. la constitución personal, las patologías, el estrés y la angustia psicológica, la concepción del dolor, el contexto personal y profesional. Factores que pueden ocasionar el archiconocido dolor de espalda.
Si lees entre líneas, te habrás dado cuenta que el dolor de espalda no se origina por una sola causa. Aparece por diversos elementos que pueden ocasionar la problemática.